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Mapa de la Batalla de Sedán, 1870 |
El equilibrio de poderes en Europa se había modificado drásticamente en un encontronazo militar y por añadidura, a través de una batalla cuyo desenlace se definió en una sola jornada. Además, el bando perdedor, ya de sí moribundo como resultado de la irrupción de la Comuna de París, había aceptado la cesión de Alsacia y parte de la Lorena, así como un conjunto de reparaciones de guerra por un importe global de 5 mil millones de francos de oro (Freedman, Lawrence)(2).
La clave del fulgurante éxito prusiano consistió de un cóctel
compuesto por tres elementos
principales, a saber: la introducción de fuerzas militares de "reserva", un contingente civil excluido del servicio
activo pero que podía ser convocado a filas en caso de necesidad (3); el uso del
ferrocarril como medio primario de desplazamiento de personas y equipo; y la
superioridad de la estrategia basada en el uso de la artillería como arma de apoyo para el avance de la infantería, respecto a la modalidad
francesa basada en la superioridad de su fusil reglamentario "Chassepot" (el modèle 1866) y la ametralladora
"Reffye" (4). De tal manera que, mientras el modo prusiano priorizaba la retaguardia en general, ya como zona de
acopio ya como blanco de su artillería; el francés, en cambio, se concentraba
casi exclusivamente en la destrucción de la vanguardia enemiga mediante el fuego fusilero de su infantería.
En todo caso, la confrontación se había encargado de comprobar el enorme pode de la reserva, el
ferrocarril y la artillería en operaciones ofensivo-defensivas. Al grado de que
las tácticas del mariscal von Moltke proto
se convirtieron en la nueva norma acerca del cómo debían operar los ejércitos
modernos, al tiempo de reforzar el modelo clásico de la guerra, en el sentido
de buscar brevedad en la solución del conflicto y conservar el carácter
disuasivo de la ofensiva. Aunado a esto, las guerras asociadas con la unificación
alemana - Dinamarca 1864, Austria 1866 y Francia 1870- fortalecieron la
convicción de las victorias relampagueantes e hicieron pensar que las guerras futuras transcurrirían
en conformidad con este mismo formato.
Posición de la Guardia Prusiana cerca de Givonne en la batalla cerca de Sedán al mediodía del 1 de septiembre
Sin embargo, inmersos en este torbellino de batallas únicas y espectaculares, se desarrollaban episodios bélicos que presagiaban otras formas de hacer la guerra. Pausadas, des-sangrantes, sin uniformes rutilantes, sucias y extenuantes labores de fortificación y vigilancia en lugar del combate, cocina de campaña, trincheras...y otros asuntos propios de la guerra de posiciones. Un tipo de guerra que anunciaba la supremacía del territorio en sí: el muro, la casa, la calle, la localidad, la trinchera... por sobre el territorio en tanto espacio de flujo.
Cuando el Mariscal Von Moltke
decidió lanzar todo su poder destructivo contra la ciudad amurallada de Sedán para forzar la 'gran batalla', capturar al emperador enemigo y canonizar de paso la guerra de maniobras en su sentido puro, el primer y único obstáculo con el que se topó fue con Bazeilles, un pequeño
poblado con no más de 2 mil habitantes en el departamento de las Ardenas, al sur de Sedán, a unos 10 kilómetros de la
frontera con Bélgica.
Aunque las unidades prusianas de reconocimiento (bávaras en realidad) reportaron el lugar como deshabitado, su llegada a la aldea de ninguna manera pasó desapercibida. Antes, Bazeilles había sido ocupada furtivamente por las mejores tropas del Ejército Francés, la "División Azul", una agrupación conformada por "Troupes de Marine", es decir, por subdivisiones fogueadas en multiplicidad de batallas previas y dotadas de gran autonomía táctico-operativa. Su misión: conservar la plaza a costa de cualquier sacrificio, además de fijar el mayor número de tropas enemigas con el fin de impedir, o cuando menos retrasar, la embestida teutona sobre Sedán. Bazeilles cumplía así la función de última barrera (trinchera, barricada) antes de Sedán. Conservar el territorio e impedir el paso al enemigo era en este caso el único plan con algo de sentido. En este espacio de confrontación, salvo la defensa activa, no existía lugar para 'maniobra' alguna.
Fue la introducción del fusil de retrocarga lo que permitió el surgimiento de este tipo de fuerzas militares y por extensión, de un nuevo tipo de guerra. El mosquete, un arma de avancarga, había sido efectivo cuando los ejércitos avanzaban uno junto a otro en líneas de batalla; aquí, el soldado estaba sujeto a una inamovible coreografía colectiva por razones tanto tecnológicos como de estricta supervivencia personal, pero durante el último tercio del Siglo XIX apareció el fusil de retrocarga, tanto del lado prusiano como del francés. Como resultado, dichas formaciones debieron ser abandonadas en favor de grupos multifuncionales de elevada movilidad y con capacidad de extender su radio de operación de manera casi ilimitada a través, sobre todo, de la figura del ‘francotirador’. Paralelamente, con el fusil de retrocarga la guerra sale del espacio abierto, adecuado para el mosquetón, e ingresa al claustro de tejido urbano, a la distancia corta, al cuerpo a cuerpo, y no sólo por su portabilidad, sino porque permite la incorporación en masa de la población civil en la primera línea de contacto. Y sí, en efecto, los civiles de Bazeilles se incorporaron al combate. Simples granjeros provistos de fusiles de retrocarga y sin ninguna clase de entrenamiento previo, luchaban ahora al lado de tropas especiales aunque con autonomía del mando central, y esto hizo una diferencia notable respecto al combate a campo abierto con ejércitos formados en líneas de batalla. Pero también Bazeilles inaugura, en el sentido opuesto, la respuesta por parte de los ejércitos regulares frente a la incorporación del componente irregular al campo de batalla, y esta respuesta tuvo que ver con la guerra de exterminio en cuanto la población civil empezó a ser considerada como un enemigo potencial o activo. (Rivera, Salvador)(5)
Ese 1° de septiembre en Bazeille los prusianos respondieron asesinando civiles a discreción y arrasando la localidad por completo. Las mujeres y hombres mayores que despertaban algún tipo de sospecha, fueron juzgados en corte marcial y ejecutados sin miramiento. Un Proceder extraordinariamente parecido al que, tan pronto como un mes después, el mismísimo mariscal MacMahon, quien por aquellas horas huía junto al emperador francés con dirección de Sedán, aplicaría con todo rigor, ahora en nombre de la ‘Tercera República‘, contra sus connacionales insurrectos de la Comuna de París.
Bazeille fue reconquistada y abandonada cuatro veces en el transcurso de 24 horas con un saldo de 2 mil 665 francés y 5 mil 200 prusianos muertos. La batalla por la aldea fue sangrienta Los alemanes dieron la orden de quemar la aldea una vez la resistencia fue sofocada y no hubo nadie aquí, como en el Valmy de la Primera República, que entonara la Marsellesa para detener al invasor.
“La Dernière Cartouche” (El Último Cartucho'), obra histórica del artista militar francés Alphonse de Neuville. La pintura representa a un grupo de soldados franceses que defiende su posición 'hasta la última bala' en la batalla de Bazeilles. La pintura se encuentra en la Maison de la dernière cartouche en Bazeilles, Ardennes, Francia(1) El 17 de agosto de 1870, el emperador
francés se encontraba en Châlons, lugar en que
decidió el nombramiento del mariscal
Patrice de MacMahon como comandante del ejército de Châlons. Este nuevo
ejército se conformó con elementos
disponibles del el 1.er Cuerpo, del 5.º
Cuerpo del general Failly, del 7.º Cuerpo del general Douay y el 12.º Cuerpo
recientemente formado.
(2) Freedman, Lawrence, 2019, “The Future
of War: A History”, Penguin Books Ltd., London.
(3) La reserva fue utilizada por primera
vez en la batalla de Spicheren el 6 de agosto de 1870, y demostró ser una
herramienta efectiva para el ejército prusiano.
(4) La ametralladora "Reffye" fue la
primera arma de disparo rápido desplegada como armamento estándar por cualquier
ejército en conflicto alguno.
(5) Rivera, Salvador, 2021, "La guerra y la revolución", en Contribución al estudio de la crítica de la armas o cómo volver a empezar, Ed., Comuna , México.
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